Según los expertos, el COVID-19 también puede desencadenar EM/SFC. "Como consecuencia del COVID-19, alrededor del diez por ciento de los pacientes que sólo han tenido una infección leve presentan síndrome post-Covid. Además de la fatiga, los síntomas incluyen dificultad para concentrarse, dificultad para respirar, dolores de cabeza y musculares, mareos e intolerancia al estrés. ", explica Scheibenbogen. "Una pequeña proporción de pacientes con síndrome post-COVID desarrolla síndrome de fatiga crónica".
SFC: el deterioro masivo se produce con un retraso en el tiempo El llamado malestar post-esfuerzo (PEM) también se describe como un síntoma clave de EM/SFC. Implica un empeoramiento masivo de los síntomas incluso después de una pequeña cantidad de esfuerzo físico o mental. Por ejemplo, ocurre incluso después de un esfuerzo ligero o de caminar solo unos pocos pasos.
Incluso pequeñas actividades como cepillarse los dientes o ir de compras pueden provocar que los pacientes permanezcan en cama durante días. La PEM suele ocurrir con un retraso de tiempo. Esto inicialmente dificulta que los afectados comprendan sus síntomas. Por lo general, la fatiga que se produce difícilmente puede aliviarse mediante el descanso o el sueño.
Al contrario: muchos pacientes sufren trastornos del sueño a pesar del cansancio. Además, a menudo la circulación ya no funciona correctamente. Esto dificulta estar de pie y sentado. Las personas muy gravemente enfermas ya no pueden levantarse de la cama y son sensibles a la luz y al ruido.
Criterios de diagnóstico, pero no biomarcadores. Se han desarrollado los llamados criterios de diagnóstico canadienses para diagnosticar EM/SFC. Examinan las quejas desde diferentes perspectivas médicas. Además, se consultan otras enfermedades para el diagnóstico diferencial.
Al final, una escala de puntos sirve como herramienta de medición de la gravedad de las limitaciones que sufre el paciente debido a la enfermedad. También es fundamental descartar posibles otras enfermedades. Aún no se conocen los biomarcadores que podrían usarse para detectar EM/SFC en la sangre.
Sólo se pueden aliviar los síntomas. Actualmente no existen medicamentos para EM/SFC. Por lo tanto, sólo se pueden tratar los síntomas y los afectados pueden aprender a lidiar con su limitada capacidad de recuperación en la vida cotidiana. "Si usted tiene intolerancia al ejercicio y los síntomas aumentan después de un esfuerzo ligero, el ritmo (nota del editor) es importante", explica Scheibebogen.
Esto supone "el cumplimiento de una rutina diaria regular con actividades adaptadas a los recursos reducidos y actividad física ligera como paseos cortos diarios sin sobrecargar". Las técnicas de relajación, como el entrenamiento autógeno o los ejercicios de respiración, también podrían ayudar a los pacientes con EM/SFC. A menudo también ayuda el tratamiento de los trastornos del sueño, el dolor y los problemas circulatorios.
EM/SFC: muy poca atención para enfermedades comunes "La EM/SFC es una enfermedad común; se calcula que en Alemania hay al menos 300.000 enfermos", explica el experto. A modo de comparación: esa es la misma cantidad de personas que padecen esclerosis múltiple en este país. Según la Sociedad Alemana de EM/SFC, esto incluye a unos 40.000 niños y jóvenes.
Sin embargo, la enfermedad ocurre con mayor frecuencia en personas de entre 20 y 40 años. Las mujeres se ven afectadas con más frecuencia que los hombres. Más del 60 por ciento de los pacientes quedan incapacitados para trabajar. En este sentido, EM/SFC causa un gran daño al sistema social.
La atención a los pacientes con síndrome de fatiga crónica en Alemania hasta ahora está mal posicionada: el único centro de atención en Berlín es el Centro Charité de Fatiga (CFC), pero la mayoría de los pacientes enfermos tienen que ser tratados por su médico de cabecera: "A menudo tenemos que esperar veces en el CFC durante dos o tres meses y sólo podemos ofrecer citas para pacientes de Berlín/Brandeburgo", describe Scheibebogen la situación en la Charité de Berlín.